LA ENTREVISTA INESPERADA A UN ASESINO
Por Raúl Gutiérrez
La costumbre de recibir mensajes a cualquier hora de la madrugada hacía que tomará el celular casi por inercia al escuchar el sonido de la notificación.
Al ver que se trataba de un número desconocido tome mis lentes del buró y al abrir el mensaje de whatsapp pude notar un par de fotos de un cadáver el cual estaba en medio de un charco de sangre, en el mensaje aparecía en la parte superior que el informante estaba grabando un audio, quería preguntarle la ubicación del asesinato y un par de preguntas más, para poder comenzar a trabajar la redacción de la noticia al momento.
Mietras esperaba a que terminará de grabar el audio, observé detalladamente las imágenes del cadáver, buscando cualquier cosa que fuera interesante escribir dentro de la noticia, el escenario era en una racamara con loseta vinilica en color blanco que hacía más notorio la sangre del cadáver en un rojo intenso, eso me hizo recordar lo que me platicó un perito acerca de la sangre de los muertos por homicidio: Cuando las características detallan al momento de la exposición de la sangre al aire libre, una mancha reciente su color es rojo intenso, una mancha antigua su color es moreno, pardo, casi negruzco.
En los pies tenía una parrilla eléctrica y había una sandalia a un costado, además que vestía con uniforme en color negro y una bandera de México en su chamarra, quizá sea un policía o un guardia de seguridad privada, el cual estaba manchado con polvo blanco lo que supuse que se trataba de harina.
Dejé de sacar conclusiones cuando vi que el audio ya estaba listo para reproducir la voz era un hombre con acento regio, en cual se escuchaba asustado diciendo lo siguiente:
“Prefiero hablar con un reportero que con la policía, así se sabrá la verdad del porqué maté a mi pareja y no van a decir lo que ellos quieran, ¡Pon mucha atención reportero!”
Al escuchar el audio, me quedé congelado se trataba de un asesino el cual me estaba confesando su crimen, desperté por completo y sentí como mi cuerpo se tensaba demasiado, al mismo tiempo que le hacía una pregunta directa.
¿Porqué lo mataste?