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La Ciudad de México enfrentó este jueves un episodio climático de gran magnitud, marcado por una lluvia persistente que rebasó temporalmente la capacidad del sistema pluvial, generando diversas afectaciones en el sur de la capital. La activación de la alerta roja en seis alcaldías evidenció la importancia de los protocolos de respuesta ante fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes.
En el bajopuente de Periférico Sur y Viaducto Tlalpan, el agua acumulada alcanzó más de 30 centímetros, provocando la detención de varios vehículos. Conductores buscaron rutas alternas sin éxito ante la saturación de vialidades. En la carretera Picacho-Ajusco, vecinos reportaron corrientes descendentes que impactaron la circulación vehicular, incluyendo el arrastre de un automóvil en la zona de Jardines de la Montaña.

La glorieta de Vaqueritos también presentó complicaciones: el río San Buenaventura se desbordó temporalmente, interrumpiendo el tránsito en ambos sentidos del Periférico. Brigadas de emergencia realizaron tareas de limpieza y desazolve, priorizando zonas con mayor riesgo. El Metrobús Línea 1 suspendió parte de su servicio de forma preventiva, con afectaciones en estaciones como La Joya y Olivo.
En colonias de Tláhuac y Xochimilco, al menos quince viviendas reportaron ingresos de agua, atendidos por equipos de Protección Civil durante la jornada nocturna. No se reportaron personas lesionadas, aunque los daños materiales aún están en evaluación.
El evento puso en marcha una respuesta coordinada entre autoridades y ciudadanos. Vecinos ofrecieron ayuda, herramientas y espacios de resguardo, mientras brigadas del SACMEX y bomberos trabajaron para restablecer servicios.

La ciudad retomó su ritmo al amanecer, con varias zonas aún en proceso de limpieza. Este evento refuerza la importancia de invertir en infraestructura preventiva y fomentar la cultura de protección civil.











