Sabías que Porfirio Díaz prohibió el uso del calzón de manta…
Prohibir el calzón blanco y hacer obligatorio el uso del pantalón en pueblos y ciudades de México a fines del siglo XX, fue un decreto por la preocupación del presidente Porfirio Díaz y de su élite por “modernizar” el país, convencidos entonces de que el calzón blanco, atuendo tradicional de indígenas y rancheros, era un signo de atraso económico y social.
Los gobernadores de la época, entre ellos el de Jalisco, general Ramón Corona, en cuanto se enteraron se apresuraron a decretar la norma en sus respectivos Estados, con indicaciones precisas a los presidentes de las principales ciudades de su jurisdicción para que hicieran lo mismo.
Cuando los Estados “más importantes” acataron la disposición presidencial, los más pequeños, como Colima, siguieron el ejemplo, y de igual manera, al aplicarse la medida en las ciudades más grandes, las de menor población las imitaron de inmediato.
La nueva moda de vestir se hizo obligatoria incluso en regiones con población mayoritaria de indígenas y rancheros, para quienes fue todo un víacrucis cambiar de atuendo cada vez que debían entrar a una población importante.
Afectaron principalmente a los arrieros, que con sus recuas de mulas y burros eran todavía en aquellos años, importantes personajes del comercio y del transporte.
Guadadalajara fue pues, entre las primeras ciudades en disciplinarse con ese mandato pues con fecha 29 de noviembre de 1887, según oficio que guarda el Archivo Histórico de Jalisco, publicado el 26 del mismo mes por el Ayuntamiento de esa ciudad, data el antecedente prohibiendo el calzón blanco y haciendo obligatorio el uso del pantalón a partir del primero de enero de 1888.
Con ese mandato presidencial se hizó pues una prueba de civilización, moralidad, progreso y cultura…
“La infracción de la anterior prevención se castigará con multa de un peso u ocho días de reclusión con destino a los trabajos públicos”.. Así lo punia el mandato que impuso el presidente Porfirio Díaz.
Al tratar de cambiar de la noche a la mañana la indumentaria de los campesinos, el presidente Díaz mostró su prisa por “modernizar” el país -una buena intención, sin duda- pero pasó por alto que la modernización no se logra por decreto, sino que es obra de sucesivas generaciones. De hecho, a su tiempo, los revolucionarios le cobraron la factura.
Indígenas y rancheros, acostumbrados por siglos a vestir el tradicional calzón blanco, tardarían muchos años en asimilar el uso del pantalón. A más de un siglo de distancia, miles de indígenas visten todavía calzón de manta blanca en pueblos y ciudades de México, donde, quieran o no, se han convertido en atractivo turístico, lo que precisamente trataba de evitar la élite porfirista.
LEO/NR ©️ 👨🏻💻 🦁